J.M.L. de 28 años, soltero. Acude a nuestra consulta privada con la siguiente historia: Doctor, desde hace 3 semanas vengo padeciendo de unas heriditas en el borde libre del prepucio, con picor. Todo empezó con un salpullido en el glande, como puntitos blancos sobre fondo rojizo. Me apliqué por consejo de alguien una crema con la que al principio mejoré, pero poco a poco he ido empeorando. Mi pareja se queja de picores en sus partes y va a acudir a su ginecólogo.
Como en cualquier mucosa o semimucosa, el glande y el prepucio pueden ser asiento de heriditas (fisuras) y ulceraciones. Generalmente son de origen infeccioso y a consecuencia del acto carnal.
El médico que aborda el diagnóstico y manejo terapéutico de un paciente con heridas (fisuras, ulceraciones) en los genitales, debe realizar un exhaustivo examen clínico del área afectada y de otras zonas del cuerpo, para comprobar si no existen otras lesiones acompañantes en boca, ano, etc y estudio microscópico directo para indagar el origen del problema.
El diagnóstico capital de las erosiones y ulceraciones genitales, es el chancro sifilítico. Aparece a los 20 días en promedio, después del contacto infectante. Generalmente es único; pero no son infrecuentes los chancros múltiples, simultáneos o sucesivos. Puede tener un aspecto atípico que hace el diagnóstico clínico difícil: chancro sin induración, chancro enano, chancro herpetiforme, chancro-fimosis, etc. Desde las primeras descripciones clínicas de la Sífilis en el siglo XIX por el padre de la venereología el Dr. Ricord de París, se sabe que dicha enfermedad es una gran simuladora, por lo que el médico tratante debe poseer conocimiento y experiencia dermatológica para evaluar las lesiones tanto genitales como no genitales.
El diagnóstico se confirma por estudio microscópico, a ser posible, realizado por el propio médico. Otras enfermedades que el médico debe repasar en el diagnóstico diferencial son: el chancro blando o chancroide, el herpes simplex chancriforme, la piodermitis chancriforme de Coviza y Bejarano, el linfogranuloma venéreo o enfermedad de Nicolas y favre, el granuloma venéreo de MacLeod Donovan y, otras afecciones cutáneas no infecciosas.
Existen en la actualidad un gran número de pacientes con balanopostitis difusas, debidas exclusivamente a gérmenes banales, que actúan como oportunistas por el empleo frecuente de cremas y pomadas con esteroides y antibióticos, que a consecuencia de tales tratamientos agravan su situación, complicándose con erosiones, fisuras, dolorimiento y, otras reacciones indeseables, que no hubieran aparecido, de haber recibido un tratamiento correcto para su afección.
Es el caso del paciente mencionado, en quien se descubrió una diabetes de inicio y una infección mixta a hongos (levaduras-cándida albicans) y bacterias piógenas, además de la coexistencia de una uretritis de la que el paciente no emitió queja (uretritis asintomática). No se trataba por tanto de un chancro sifílítico y el paciente como su pareja recibieron tratamiento y consejo médico para el manejo de la condición infecciosa y de su incipiente diabetes.
Si necesita una clínica de enfermedades venéreas Madrid estamos ubicados en Calle de Costa Rica, 32, Bajo G, 28016 Madrid. Lunes a Viernes de 10.30 a 20 horas ininterrumpido. Cita previa.