La tricomoniasis es por lo general una enfermedad sexualmente transmitida que es mucho más a menudo diagnosticada en las mujeres que en los varones.
Un caso clínico nos servirá de guía para hablar sobre esta enfermedad.
C. de M. de 28 años de edad, soltera. Nos consulta debido a enrojecimiento y escozor con pequeñas heriditas en la vulva y un flujo que inicialmente blanquecino se ha tornado en verde-amarillento, que arrastra desde hace días. El médico de cabecera le diagnosticó de Candidiasis y le prescribió unos óvulos, con los que no ha notado mejoría. Todo comenzó a las pocas semanas de un encuentro sexual fortuito con un amigo en la playa.
El examen clínico y el análisis microscópico del fluido cérvico-vaginal permitió alcanzar el diagnóstico de vaginitis tricomoniasica, asociada a infección por hongos (levaduras, Cándida albicans) y enterobacterias.
A medida que los medios de diagnóstico y seguimiento de contactos se han perfeccionado se ha hecho evidente que la inmensa mayoría de las infecciones en las mujeres y, todas las de los varones, son sexualmente transmitidas. No infrecuentemente va asociada con gonorrea en las mujeres, y la demostración del gonococo puede ser difícil o imposible, hasta que la tricomoniasis haya curado. Es raramente una infección pura, yendo generalmente asociada con muchas bacterias mixtas y levaduras (C. albicans), es por eso, que ante cualquier infección genital en mujeres y hombres, el médico debe realizar un buen interrogatorio y adecuado examen para garantizar al paciente que no es una infección de "piscina".
No todas las mujeres que albergan la T. vaginalis desarrollan síntomas inmediatamente; algunas parecen encontrarse sanas durante meses o años, pero son propensas a presentar síntomas en cualquier momento, en especial durante el embarazo. La adquisición no sexual de la T. vaginalis por mujeres ha sido achacada a los asientos de bidés, retretes, piscinas y toallas infectadas.
Algunas mujeres presentan un ligero flujo vaginal sin molestias y que pueden ignorar. Otras aquejan un copioso y maloliente flujo vaginal amarillo-verdoso que puede producir excoriación de la vulva, periné y partes internas de los muslos, de forma que el sentarse resulta molesto y la deambulación dolorosa. Es frecuente la dispaurenia (dolor con las relaciones sexuales) y disarmonía matrimonial. Cuando la vejiga está afectada el ardor al orinar es común, siendo por tanto la tricomoniasis una de las causas de cistitis recurrente en la mujer.
En los hombres puede ser asintomático, u originar irritaciones del glande y prepucio que se confunden y se tratan como infecciones por hongos (Cándida albicans), o padecer de una ligera secreción uretral sin mayores molestias. Es particularmente importante investigar su presencia en la uretra, mediante estudio microscópico del exudado uretral tenga o no molestias el paciente, ya que la tricomoniasis es una causa frecuente de prostatitis crónica.
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